Wade E Taylor
“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en sus muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” Filipenses 3: 10-12
Dentro de la iglesia visible hay un pequeño remanente que está buscando “algo más” de lo que actualmente están experimentando espiritualmente. Puede ser dicho que hay una “iglesia dentro de la Iglesia” o hablando espiritualmente, a “un pueblo dentro del pueblo.”
Hay unos quienes tienen una relación activa y personal con Jesús. Otros están satisfechos con el hecho de haber sido salvos y que algún día estarán en el cielo con Jesús. Sin una experiencia espiritual presente ellos están satisfechos como un espectador de todo lo que el Señor está haciendo a través de la vida de otros cuando asisten al servicio una vez a la Semana.
No obstante, algunos están siendo animados a entrar en una profunda relación personal con Jesús. Este fue también el deseo de Pablo quien dijo con intensidad en su corazón: “Que pueda conocer personal e íntimamente a Jesús.” Esta oración en torno al deseo de tener una relación activa y presente con Jesús debería resonar dentro de cada uno de nosotros.
Cuando el Señor responde nuestra oración seremos dirigidos a la “cruz,” a la muerte de nuestra vida egocéntrica para que podamos convertirnos en la expresión de Su vida por medio del “poder de Su resurrección.” Fue por esto que Pablo dijo, “Ya no vivo yo.”
Jesús siempre busca por nosotros para entrar en un plano más elevado de identidad con Él (la comunión de Sus sufrimientos). Esto va más allá de la “comunión de nuestros sufrimientos” y nos traerá a una relación de “Reino” con Jesús, en la cual sometemos la totalidad de nuestro ser a los dictados de la Cabeza, (Jesús). Él dijo que no podemos entrar en el Reino (a una relación activa con Jesús en total sumisión a Él), a menos que nos hagamos como niños.
“Dejad que los niños venir a mí y no se lo impidáis porque de los tales es el Reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Marcos 10: 14-15
El Señor puede moverse en maneras que difieren de nuestras experiencias pasadas. Esto significa que nuestra respuesta a los estímulos que sentimos en el espíritu deben ser con la confianza de un niño y con fe.
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son mas altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Isaías 55: 8-9
La respuesta del Señor a nuestra búsqueda puede venir en una manera que no es familiar para nosotros o que puede ser ofensiva a nuestro intelecto, por tanto, debemos ser muy cuidadosos para no perder nuestro tiempo de visitación. A mí me ha sido dicho: “Esta no es la manera cuando conocí al Señor” y quienes dijeron esto rechazaron el tiempo de visitación actual.
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte….Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido lo cual también hablamos, no con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” 1ª Corintios 1:27; 2:12-13.
El Señor puede probarnos para ver si realmente somos sinceros y si voluntariamente lo aceptaremos a Él en Sus términos. En esto consiste la necesidad de la fe y la confianza de un niño.
Yo amo a los que me aman; y me hallan los qeu temprano me buscan… para hacer que yo llene sus tesoros. (Proverbios 8:17-21)
El Señor responderá a la expresión del deseo de nuestro corazón por conocerlo mejor. Mientras adoramos al Señor y le manifestamos nuestro amor, Él va a estar singularmente interesado en nosotros.
Hace un tiempo atrás, yo estaba luchando para encontrar algo que había perdido. Finalmente oré pidiendo a Jesús que me ayudara y lo encontré rápidamente. Al considerar esto yo habría tenido que decir: “Bien, cuando todo lo demás fracase, ore” En lugar de esto debía de haber orado primero. El Señor me ayudó pero yo había perdido la oportunidad para elegir para establecer y demostrar mi dependencia en Él.
El Señor está diciendo que Él responderá en una manera especial a aquellos que lo buscan “temprano.” Esta expresión “temprano” significa que en incuestionable anticipación vamos a responder a su presencia sin tratar de comprender primero ¿qué? o ¿dónde?
Pero buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia; y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
Cuando ponemos de primero al Señor y reconocemos nuestra completa dependencia de Él en todas las cosas Él se hará conocer a nosotros y también obrará a nuestro favor. Como resultado, recibiremos la “sustancia” espiritual que permanecerá en nuestro espíritu: Su vida impartida a nuestras vidas. Es así como nuestras palabras se convierten en el “testimonio de Jesús,” es decir Sus palabras siendo expresadas a través de nuestra relación con Él. (Apocalipsis 19:10).
“Después subió al monte, y llamó así a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios.” Marcos 3:23-14
Nuestro primer llamamiento es venir a Jesús, dedicando calidad de tiempo en comunión con Él. En la medida en que seamos fieles en nuestra parte (venir a él), Él será fiel en Su parte, es decir enviarnos como un testigo de Su vida siendo vivida a través de nuestras vidas.
“Pero recibiréis poder (capacitación divina), después de que el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros y me seréis testigos (no dar testimonio), en Jerusalén, en todo Judea y en Samara y hasta la última parte de la tierra.” Hechos 1:8
Lo importante aquí es destacar que debemos tener tiempo a solas con Jesús para que podamos recibir la sustancia que va a ser impartida en nuestro espíritu, para el desarrollo de nuestro testimonio y ministerio. Nuestro tiempo de preparación es muy importante ya que sólo podemos dar de lo que hayamos recibido. En la medida en que dediquemos tiempo en Su presencia, el Señor pondrá en nosotros la semilla (potencial) para todo lo que pertenece a nuestro llamamiento.
En Mateo capítulo trece aparece la imagen de un sembrador que salió a sembrar. Algunos de esas semillas cayeron al lado del camino (suelo endurecido), y luego se la comieron los pájaros. Es muy importante que esa semilla (una palabra presente) caiga en un suelo que ha sido debidamente cultivado (nuestro ser en el centro de Su propósito y voluntad). La distancia desde este terreno endurecido al lado del camino al terreno preparado es tan sólo un paso.
El paso que tomamos al lugar de separación para nuestra preparación como un testigo de los últimos tiempos es muy importante mientras toma lugar la obra interna del Espíritu Santo que en principio puede no evidenciar una cosecha. Durante este tiempo, lo importante es el cambio que está teniendo lugar en nuestro interior en lugar de lo que vamos a lograr.
Ha habido veces cuando he luchado para encontrar al Señor tratando con toda clase de intentos pero sin obtener nada. Entonces, me quedaba en silencio y encontraba que todo lo que el Señor requería de mí era que tomara un paso al lado y me quedara en silencio. Cuando hice esto, Él estaba allí, esperando por mí para tomarme y que me pudiera rendir y venir a Su camino. Yo había estado tratando de forzar al Señor para que se moviera como yo pensaba que Él debería hacerlo. Todo lo que tenía que hacer es rendirme y venir a Su manera (la fe de un niño).
“Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: Moisés, Moisés! Y él respondió: heme aquí.” Éxodo 3: 3-4
“Iré yo ahora y veré.” Recientemente el Señor visitó a un joven y le dijo: “Mi pueblo está tan ocupado trabajando para mí, que tienen muy poco tiempo para dedicarme a mí.” Debe haber tiempos “aparte” en los que nos volvemos para dedicar tiempo de calidad con Jesús. El enemigo hará todo lo que pueda para impedir esto, manteniéndonos ocupados.
Las demandas de nuestros deseos anímicos son muy reales y están siempre presentes. Buscar a Jesús temprano requiere de nosotros un tiempo de preparación del corazón. Esto involucra llevar a la cruz todos nuestros deseos egocéntricos con determinación para buscar al Señor y dedicar tiempo con Él solamente. Debemos ser serios con respecto a las cosas espirituales.
Mientras hacemos esto, el Señor nos acercará a Él mismo para impartirnos un adecuado suministro de la “sustancia” (la palabra creativa) que suplirá la necesidad: ser enviados a predicar la palabra, sanar al enfermo y echar fuera demonios.
Entonces podrá ser dicho: “El reino de Dios se ha acercado.”