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La Necesidad de Odres Nuevos

por Wade E Taylor 

 “Y oyeron  la voz de Jehová  Dios que se paseaba en el jardín del Edén que se paseaba en el huerto al aire del día.” Génesis 3:8

Este pasaje nos dice dos cosas acerca del Señor. Primero, ellos escucharon Su voz  que se paseaba, lo que nos indica que el Señor desea hablar con nosotros. Él tiene una palabra presente para nosotros, por tanto, continúa caminando. Ayer nos habló, pero hoy nos dice una cosa que está más allá de lo que Él habló ayer y mañana hablará más allá de lo que ha dicho hoy.

 “Y nadie echa vino nuevo en odres  viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y los uno y lo otro se conservan.” Lucas 5: 37-38

Nosotros somos esos odres. Jesús nos dice que debemos tener la capacidad de escuchar una palabra fresca de Él que está más allá de nuestro entendimiento actual. Debemos tener un oído espiritual y una capacidad para escuchar una revelación y entendimiento frescos que van más allá de lo que hemos oído en el pasado.

A lo largo del curso de la historia ha habido tiempos específicos de intervención en los que el Señor ha usado a un individuo para cambiar el curso de la historia. Ejemplos de estos son Noé, Abraham y Moisés. Esos tiempos de intervención específica llevaron a la humanidad de un nivel de Sus tratos a otro mayor.

En este tiempo presente, el Señor está llamando a la puerta de nuestro espíritu, para prepararnos de modo tal que Él pueda moverse en directa intervención mientras  nos aproximamos al tiempo en el que se cerrará la era de la iglesia para movernos en la era del Reino Milenial.

 “He aquí yo estoy a la puerta, y llamo, si alguno oye mi voz, y abre la puerta, Vendré a él, y cenaré con él y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

 “Al que venciere yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como Yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:21

 “Después de esto mire, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.” Apocalipsis 4:2

La Escritura comienza mostrando a Jesús llamando a la puerta de la iglesia, y termina con Él sentado junto con los vencedores, sobre el Trono de Su Reino.

En tiempos pasados, esas intervenciones tenían que ver con un individuo, pero en la intervención de estos tiempos vendrá a través de un remanente corporativo, un cuerpo de vencedores preparado por el Señor para este tiempo de transición final cuya voz será “como el sonido de muchas aguas” (Apocalipsis 1:15). Esta es una voz corporativa en la cual todos están diciendo la misma cosa.

Debido a que el mensaje que nos introducirá al Reino es diferente del mensaje a las Iglesias, el Señor repetidamente ha dicho, “El que tiene oídos para oír que oiga” (Mateo 13:9).

El ministerio de la Iglesia es a:             “Cualquiera”
El ministerio del Reino es a:              “Al que venciere”

El mensaje de la Iglesia conduce a:        “El Cielo”
El mensaje del Reino lleva a:                    “El Trono”

El deseo de la Iglesias es:                          “Jesús permaneciendo adentro”
El deseo del Reino es:                             “Jesús tomando Su lugar como la Cabeza de Su Cuerpo” 

El testimonio de la Iglesia es:                  “Yo tengo a Jesús”
El testimonio del Reino es:                      “Jesús me tiene a mí”

La Iglesia opera a través:                         “La Gracia”
El Reino opera bajo:                                 “El gobierno”

Para entrar a la Iglesia:                             “Un mensaje de salvación”
Para entrar en el Reino:                            “Un mensaje de preparación”

Jesús halló mucha oposición mientras buscaba mover a Israel, de la ley de Moisés al mensaje del Reino. La ley requería una obediencia externa; el Reino requiere un cambio interno del corazón.

Así también en este día, si vamos a aceptar la palabra presente del Señor, debemos tener un “oído” para oír y un “nuevo odre” para recibir mientras nos movemos de la “gracia” al “gobierno.”

Debido a un tiempo especial de preparación es esencial que Jesús escoja a aquellos que no han tenido un entrenamiento religioso anterior. Esto comenzó con los dos pescadores mientras estaban trabajando en su negocio. Ellos fueron llamados para estar aparte con Jesús y que tuviera lugar esta transición. En consecuencia, Jesús les dijo: “Yo haré que ustedes se conviertan

 “..El tiempo se ha cumplido, y el reino se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” Marcos 1: 15

Aquí el mensaje del Reino fue ofrecido a esos hombres a través de una aplicación práctica relacionada  con su ocupación. Ellos habían sido pescadores. Ahora Jesús los llamaba a que se convirtieran en pescadores de hombres. Note cuidadosamente que ellos continuarían pescando pero con un propósito superior a la vista.

El mensaje del Reino en su función está hecho para levantar el aspecto terrenal de nuestra vocación hacia un plano y propósito superior hasta que la justicia y Su Reino llenen la tierra.

A menudo la palabra “Reino” ha sido mal aplicada. Ha sido relegada al milenio futuro o al cielo. Sin embargo, el clamor del Reino que Jesús presentó debe convertirse en una realidad presente que nos preparará para el futuro Reino Milenial.

El reino debe convertirse en una experiencia diaria en la vida de aquellos que escogen someterse a Su Gobierno. Jesús no implicó que quienes respondieran a este llamado serían promovidos a un lugar de gobierno o prominencia. En lugar de esto, Él expresó que la autoridad del Reino gobernaría sobre la vida de todos aquellos quienes se sometieran a este mensaje. “Haré de ti..”  Para lograr esto, cada aspecto de nuestra vida diaria actual será afectado.

Este Reino que se anuncia está “a la mano.” No está concebido para encontrar su función como una esperanza futura. En lugar de esto es anunciado como algo práctico que se puede obtener. Esto significa que puede obrar en las circunstancias  inmediatas de todos los que han respondido a este llamado.

Para entrar en este Reino debemos abrazar el gobierno de Dios y someternos al mismo. Esto significa que hemos hecho de Él nuestra cabeza, el que da dirección y propósito a nuestras vidas. Para hacer esto debemos reconocer al Señor Jesucristo como nuestro Rey personal. Entonces debemos ponernos, junto con cada cosa que nos pertenece, en sujeción a Su gobierno.

Jesús dijo, “Venid en pos de mí.” Si nuestras vidas fueran como antes de la salvación, más sal de religión, habríamos fracasado de Su clamor y deseo por nosotros y seríamos incapaces de permanecer o funcionar en el lugar de Su llamamiento.

En este tiempo actual, Jesús está tratando profundamente en las vidas de todos los que le buscan intensamente para que sean preparados y ejerciten autoridad sobre naciones. Pero primero, Su autoridad debe ser establecida en ellos. Las cosas que el Señor aprobó en el pasado no se quedaran sin ser desafiadas. Cada cosa que pueda ser sacudida, será sacudida hasta que haya sido reducida al lugar donde se somete a Su Reino.

El Señor no permitirá más que los suyos permanezcan sólo en el plano de la bendición y la provisión. Él está haciendo que reconozcamos el clamor de Su reino y que sometamos a este nuestras vidas. Él está trayéndonos a cada uno de nosotros al lugar donde debemos tomar una decisión en cuanto a lo que vamos a hacer con este “Reino” que dijo está “a la mano.

In its present form, the outworking of it will be manifested within us as “righteousness, and peace, and joy, in the Holy Spirit.” (Romans 14:17).  In “that day” it will transform the Nations.

En su forma actual la manifestación de este reino en nosotros será como “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Romanos 14.17),  en ese día transformará naciones.

Mi oración es que entienda lo que Jesús está diciéndole y que luego comience a presionar hacia este Reino.