por Wade E Taylor
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y te mostraré las cosas que sucederán después de estas.” Apocalipsis 4:1
“Después de esto mire.” El resultado de la respuesta de Juan a la manifestación de la presencia del Señor fue una apertura al reino del Espíritu- “una voz como de trompeta hablando conmigo.” Esta “voz como una trompeta” es un llamado a la acción y habla de dirección y autoridad espiritual. Note que la puerta se abrió, cuando Juan miró.
Para aquellos que están respondiendo como Juan lo hizo, hay un empoderamiento que tiene que ver con “dominio” el cual será impartido en este tiempo presente. Cuando este versículo fue despertado en mí comencé a pedir al Señor: “Muéstrame las cosas que están por venir.” Él empezó a contestar mi oración.
El Señor está llamando, nuestra parte es responder. A menudo oro respecto a mi habilidad para “oír” espiritualmente. Nunca estoy satisfecho de poder oír suficientemente bien, no importa lo bien que esté escuchando, puedo escuchar mejor.
Esta “voz como una trompeta” es una voz corporativa que funcionará en todos aquellos que estarán diciendo y haciendo la misma cosa. Note que la promesa al vencedor consiste en sentarse con el Señor en Su Trono. Esto tiene que ver con autoridad espiritual.
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su trono.” Apocalipsis 3:21
Este dominio, representado como “el sonido de muchas aguas,” es una función de los últimos tiempos de los “vencedores,” de aquellos que recibirán una autoridad apostólica que se relaciona con nuestra capacidad para hablar una palabra creativa y que tendrá “autoridad con consecuencia.”
En este tiempo presente, el Señor está llamándonos a convertirnos en gente apostólica y profética, no apóstoles o profetas, como un ministerio de oficio. Es más bien una impartición de Reino para aquellos que, como vencedores, han sido tratados de tal manera que no usarán esta autoridad para ninguna ganancia personal sino con el fin de logar los propósitos del Señor para los tiempos finales.
Esto comenzará a pasar en la medida en que el Señor tome Su lugar como cabeza de aquellos con quienes está unido; aquellos que están escuchando y respondiendo a este llamado. Estos serán “levantados” a un plano más alto de vida y autoridad espiritual.
Hechos nos dice respecto de Moisés, que fue “poderoso en palabras y en obras.” Luego de haber estado en el desierto en dónde llegó al final de toda habilidad humana, su respuesta fue: “Señor, cuando yo hablé mi mente, me puse en una cantidad de problemas, ahora no tengo nada que decir a menos que Tú hables.”
Así también, aquellos que el Señor está preparando, están siendo “azotados” para que sea removida de ellos toda ambición humana.
“Porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo aquel que recibe por hijo.” Hebreos 12:5
Si nos rendimos a este proceso y vencemos, seremos parte de esta voz profética del tiempo final, “Y su esposa se ha preparado.” (Apocalipsis 19:6). El Señor está preparando una gente para “ese día.”
Mientras esperamos en el Señor, pidiéndole que podamos escuchar mejor Su voz y tengamos la gracia para responderle correctamente, nos convertiremos en parte de esta trompeta profética y comenzaremos a movernos en armonía corporativa como el “sonido de muchas aguas.”
Es imperativo que dediquemos tiempo, esperando en la presencia del Señor, para que podamos llegar a ser parte de ese Cuerpo que funcionará directamente bajo el dictado de la cabeza.
“.. Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor. Mateo 25:23
El Señor está obteniendo una gente preparada. Que cada uno de nosotros pueda ser hallado entre estos en ese día.