por Wade E. Taylor
Jesús comenzó Su ministerio con las palabras: “Arrepentíos porque el Reino de Dios se ha acercado.” Sus próximas palabras fueron dirigidas a dos pescadores que trabajaban en su oficio. Él dijo: “Venid en pos de mí y yo os haré pescadores de hombres.” (Mateo 4: 17-19). El mensaje del reino se aplicó en la vida de dos personas en relación con su ocupación. Esos dos eran pescadores pero Jesús los había llamado a ser pescadores de hombres, seguirían pescando pero con un propósito más elevado. Cuando el mensaje del Reino comienza a operar, eleva cada aspecto terrenal de nuestra vocación a un propósito más elevado.
La palabra Reino ha sido malentendida y mal aplicada. A menudo se ha sido relegada a un cielo o milenio futuro. El mensaje del reino está concebido para ser una realidad presente en nuestras vidas. “El Reino se ha acercado” significa que está en nuestro interior, a nuestro alcance, en realidad y funcionando. No se trata de estar en un lugar de autoridad sino de la operación de los principios del Reino en nuestras vidas.
“El Reino acercado” requiere la sumisión de nuestras vidas al gobierno de Dios. Buscar el reino de Dios, es hacer del gobierno de Dios el objeto de nuestras deseos. Es reconocer a Jesús como Rey y poner cada cosa en nuestras vidas en sujeción a Su autoridad gubernamental. “Se ha acercado,” significa en nuestras circunstancias inmediatas, no en una forma religiosa etérea o en una futura esperanza, sino a la mano, algo tangible y alcanzable. Jesús dijo: “Venid en pos de mí.” Sino lo reconocemos a Él como Rey y no permitimos la operación del Reino en nuestras vidas, no estamos en el lugar de Su llamado. Si nuestras vidas son como las de los pescadores antes de su salvación, además de la sal de la religión, estamos muy lejos de ser Su propósito en y para nosotros.
Hoy por hoy Él está estableciendo a Su cuerpo en un orden divino. Nuestros hogares e iglesias están siendo guiados de regreso a los patrones escriturales. Las cosas que Dios pasaba por alto en el pasado no quedaran sin ser desafiadas en nuestra vida. Cada cosa que pueda ser sacudida, será sacudida. El Señor no permitirá que Su pueblo permanezca en el plano de la bendición o de los juegos de la iglesia. Él está haciendo que Su iglesia enfrente los reclamos de Su reino en nuestras vidas.
El reino se ha acercado, todo lo demás pasará. No retrocedamos sino que vamos en y hacia el Reino.