Wade E Taylor
“..y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía .” Éxodo 3:2
Moisés se volvió para ver una zarza que ardía pero no se consumía; esa zarza aún sigue ardiendo y el Señor aún está esperando por aquellos quienes la notarán y se volverán a Su presencia viva y ardiente.
“Dijo Moisés a Dios: He aquí que yo llego a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren ¿Cuál es Su nombre? ¿Qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés. YO SOY EL QUE SOY, y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envío a vosotros.” Éxodo 3:13-14
El Señor habló a Moisés desde el interior de la manifestación de Su presencia y se reveló asimismo como aquél que siempre está presente con nosotros y que desea encontrarse también con nosotros para hacerse conocer.
“Dijo luego a Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor… pues he conocido sus angustias y he descendido para librarlos..” Éxodo 3:7-8
Jesús se identificó asimismo como el eterno “YO SOY” que habló a Moisés.
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
Juan 8:58
La expresión “YO SOY” hace alusión a un persona, a la persona del Señor y para expresar algo más de Su persona se requiere un verbo luego, podemos añadir el verbo ser para decir “YO SOY es el camino, la verdad y la vida.” (Juan 14:6). Jesús como el eterno YO SOY que habló en la zarza ardiendo es la expresión de la realidad de lo que Él es: “El siempre presente”, no “el que fue” o “el que será.” Jesús es una realidad presente que desea revelarse asimismo y venir a tener una activa relación personal con nosotros.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios……” Filipenses 2:5
Cuando Jesús dijo, “Antes que Abraham fuese, YO SOY,” los judíos entendieron que Él estaba diciendo que era Dios, entonces tomaron piedras y las arrojaron sobre Él para matarlo porque que Jesús se identificó claramente como uno que era igual con Su Padre.
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará: y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Juan 14:23
Cuando adoramos al Señor Jesucristo y entramos en Su “presencia manifiesta” para estar en comunión con Él, podemos dar un paso más allá y entrar en la “presencia” personal “del eterno YO SOY”, (una experiencia personal con la zarza que arde). En este punto nos habremos movido, literalmente, hacia la eternidad desde Su presencia manifiesta a su eterna presencia tal como Jesús se reveló a sus tres discípulos en el Monte de la Transfiguración.
El día en que podamos vivir esa clase de experiencias todos los problemas terrenales se desvanecerán en la luz de Su eterna presencia ya que el Señor obra en nuestro favor así como lo hizo con Moisés:
“Ven, por tanto, ahora y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” Éxodo 3:10
Lo que Dios dijo a Moisés fue que la iniciativa con respecto a la ejecución de su voluntad y propósito pasaría de él hacia el Señor y que Moisés sólo debía seguir al Señor, por tal razón, Dios le dijo entonces que se quitará su calzado. (Éxodo 3:5)
Nosotros también, habiendo ido tan lejos como hemos podido ir sobre nuestro calzado, vamos a sentir la necesidad de vivir una experiencia como la de la zarza ardiendo. Así como Moisés respondió a la manifestación de la presencia del Señor y se volvió para ver la zarza, así también nosotros vamos a “volvernos” para estar en la presencia del eterno “YO SOY.”
Es extremadamente difícil para nosotros, cuando no imposible, entender el concepto de la “eternidad.” En la eternidad no hay tiempo, todo se convierte en una realidad presente. El “tiempo” tiene que ver con las circunstancias que nos rodean y nos exige actuar o reaccionar por tanto, tomaremos decisiones que nos afectarán por toda la eternidad. Visto así, el tiempo es para nuestro beneficio.
Nuestro nivel de madurez espiritual tiene que ver con nuestra habilidad para venir a una identidad activa con los pensamientos y acciones de nuestro Señor y luego descansar en Su presencia mientras Él obra en nuestro favor.
Recuerdo lo que decía John Wright Follete:
“Me asombro de los que intentan proyectar lo que pasará dentro del siguiente año, o dentro de los diez años desde ahora. Todo lo que yo puedo hacer es conocer la mente del Señor para hoy, y luego caminar en esto con Él.”
Muy pocos entienden a un visionario. Un “visionario” puede no lograr mucho debido a que ve más allá del presente y mira el futuro como una realidad presente. Por esta razón el visionario no puede relacionarse con el presente o funcionar en el presente. Una persona que es “práctica” tampoco puede lograr mucho ya que fácilmente se pierde en los detalles pequeños y no ve el panorama completo. Por lo anterior, si un visionario y un práctico pudieran tener una relación apropiada, podrían lograr muchas cosas de valor eterno.
Si deseamos entrar en un tipo de relación profundamente espiritual, permanente y actual con el Señor, pero práctica a la vez, debemos orar: “Señor, ¿Qué es lo que deseas que diga o haga en este momento? Luego de esto debemos esperar por una palabra “actual” del Señor. (Ven….. y te enviaré, Éxodo 3:10).
“… YO SOY (es) el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino es por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conocerías; y desde ahora le conocéis y lo habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo:¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¡cómo pues, dices tú Muéstranos el Padre.” Juan 14: 6-9
Si alguien viniera a cualquiera de nosotros y dijera, “Me gustaría ver al Señor” deberíamos ser capaces de decirle: “Si tú me has visto a mí, has visto a Jesús quien vive en mí.” Deberíamos vivir en este nivel de identidad con Él. Pablo dijo: “Sed imitadores de mí como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1). Pablo pudo decir esto debido a que había muerto a su vida egocéntrica para permitir que la vida de Jesús fuese manifestada a través de su vida.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo…” Gálatas 2:20
El Espíritu Santo vive en nosotros y viene a revelar a Jesús a través nuestro. En la medida en que nos rindamos al Espíritu, reflejaremos la mente y la vida de Jesús.
“De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al padre.” Juan 14:12
Esta expresión “obras mayores” no se refiere a que vamos a hacer milagros mayores que los que hizo Jesús. Se trata, más bien, se trata de una obra mayor debido a que saldrá a la luz y operará como una manifestación de un Jesús corporativo en la tierra como un testigo de los tiempos finales. Jesús dijo que, a menos que el grano de trigo no caiga en la tierra y muera, quedaría solo.
El error más grande que cometió Satán, fue crucificar a Jesús ya que hasta ese entonces, Él solo podía estar en un solo lugar al tiempo pero ahora Jesús está en todas partes. Él no solo pagó el castigo por nuestro pecado sino que en la resurrección se convirtió en el progenitor de aquellos que han muerto de modo tal asimismo que Jesús, y sólo él, puede ser visto en ellos.
Cuando nacimos de nuevo, fuimos hechos partícipes de la “naturaleza divina.” Adán nunca obtuvo esto pero a través de la redención, “Cristo” está ahora en nosotros. Ahora, la voluntad del Padre no solo es hecha a través de una persona, sino que está siendo hecha a través de las vidas de muchos que se han sometido completamente a Jesús como el eterno presente “YO SOY.”
Las “obras mayores”, entonces, se tratan de la expresión corporativa de Su voluntad hecha en la tierra. Jesús, “la luz del mundo” incrementará Su luz en toda la atmósfera del mundo en tanto que la gloria de Su resurrección comience a brillar a través de Su cuerpo colectivo.
Un fósforo encendido hará muy poquita luz, pero miles de ellos juntos harán una luz brillante. Aunque cada uno de nosotros es insignificante para sí, habrá una obra mayor, debido a que todo lo que Jesús hizo durante Su tiempo en la tierra será hecho de nuevo en forma corporativa, por medio de un pueblo a quien Satán pensó que había derrotado, pero que en este tiempo se han convertido en la expresión de la vida de Jesús.
“Cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron…” 2 Tesalonicenses 1:10
Esta es una palabra actual. Así como Jesús fue visto cuando Moisés estuvo frente a la zarza ardiendo, el eterno y siempre presente “YO SOY” está próximo a ser visto nuevamente en tanto que comience a desplegarse el tiempo de la era del Reino Milenial.