Wade Taylor
“Cualquiera pues que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.” Mateo 7:24-27
Nuestra relación personal con el Señor debe ser establecida y mantenida sobre un fundamento firme y estar de acuerdo con la palabra escrita de Dios. El Señor responde con un más alto nivel de relación a aquellos quienes están firmes sobre la roca de la plena redención que Él logró en nuestro favor y que sólo confían en su fidelidad.
Esto requiere que rompamos con los moldes de pasadas inseguridades (nuestra casa edificada sobre la arena), y que entremos en la seguridad de estar sentados con Jesús en Su trono, a la mano derecha de todo poder y autoridad. (nuestra casa edificada sobre la roca)
Allí, mientras reposamos en la victoria que Jesús obtuvo para nosotros en la cruz, nuestro Padre celestial quien resucitó a Jesús desde la tumba donde parecía estar en una total derrota, también nos levantará desde nuestros lugares de desánimo y vacilación hacia vida vencedora en Su presencia.
Cada uno de nosotros desea ser amado, apreciado y entendido ya que así fuimos hechos. Fuimos creados en Su semejanza, por tanto este es también el deseo de Aquél que nos creó. El Señor desea que vengamos a Él en confianza y apreciación por Su redención en nuestro favor.
Si usted ha notado que otros están siendo usados por el Señor en alguna manera especial quizá ha pensado que ¿“esto” es para todos excepto para mí?. Si tomáramos el potencial que reposa sobre nosotros delante del Señor en la simple confianza de un niño que espera en Él en anticipación, entonces seríamos libres de las limitaciones que nos hemos impuesto y podríamos entrar en todo aquello que el Señor ha dispuesto en nuestro favor y podríamos caminar en confianza con Él.
“Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos según la operación de fuerza.” Efesios 1:18-19
Hay veces en las que el Señor nos levanta hacia su Presencia y los “ojos de nuestro entendimiento son alumbrados.” Durante esos tiempos, no importa cuán breves puedan ser, nos hacemos conscientes de que hay un potencial mucho mayor dentro de nosotros de lo que éramos conscientes. El Señor desea grandemente abrir este tesoro oculto y llenarlo con Él mismo.
Así, “un abismo llama a otro” mientras hay una dimensión mucho más alta de comunión con nuestro Señor a la que nos ha traído.
“Un abismo llama a otro, a la voz de tus cascadas, todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.” Salmo 42:7
“Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.” El Señor no sólo trata con nuestra naturaleza pecaminosa, sino también con nuestra inclinación para buscar lo menor, las “cosas aparentemente buenas,” nos pueden robar de las más altas a las que Él nos llama.
Hay tres áreas en las que nos movemos hacia la estabilidad espiritual.
“Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe, a fin de conocerle, y el poder de su resurrección , y la participación de sus padecimientos , llegando a ser semejantes a él en su muerte.” Filipenses 3: 8-10
Primero: “A fin de conocerlo”
Este pasaje habla de cierta información acerca del Señor, pero más allá de esto, habla de un “conocimiento” íntimo del Señor como una persona. Debemos movernos más allá de la satisfacción de conocer acerca del Señor hacia una relación personal y activa con Él.
Vamos a entrar no sólo a un reconocimiento experimental de su presencia y de su poder sino también de Su persona y de sus sentimientos para responder a estos de conformidad. A través de la regeneración fuimos hemos hechos un miembro en “particular” del Cuerpo de Cristo para poder relacionarnos y responder a todo lo que está en la Cabeza (nuestro señor Jesús).
Segundo: “Que podamos experimentar el “poder de Su resurrección”
We cannot experience resurrection unless we first have died to our self-life. This entails a process of testing and proving. Those who have a proven testimony, in which there is a demonstration of the life and power of the Lord, have had a deep personal experience with Him. They have gone through severe testings and have personally experienced deliverance through the power of God. These have paid a price for what they have.
No podemos experimentar resurrección a menos que primero hayamos muerto a nuestra naturaleza egocéntrica. Esto implica un proceso de prueba. Aquellos que tienen un testimonio probado en el que hay una demostración de vida y poder del Señor, tienen una profunda experiencia personal con Él. Ellos han ido a través de un severo proceso de pruebas y han experimentado personalmente una liberación a través del poder de Dios. Esos han pagado un precio por lo que tienen.
Dios no hace acepción de personas. Si Él tuviera que repartir arbitrariamente poder y ministerios, necesariamente tendría que darlos a aquellos que lo han pedido. Esos ministerios están reservados para aquellos que han pagado un alto precio en su identificación con Él.
Tercero: Los que entran en la “Participación de Sus padecimientos.”
No es la participación de nuestros padecimientos, sino nuestra comunión o participación con Jesús en Sus sufrimientos. El Señor sufre por nuestro adormecimiento espiritual o por nuestra falta de deseo espiritual. Él tiene mucho que dar y muy pocos están dispuestos y sensitivos a recibir.Hay un anhelo en el corazón del Señor por aquellos que se relacionarán con Él cada una de esas áreas. Hay una “profundidad” en el Señor que clama por una “profundidad” en nuestro interior para que Él pueda hallar la satisfacción que anticipó cuando nos creó.
Mientras reposamos en la presencia del Señor y le permitimos a Él traernos a esta profunda identificación con Él, seremos guiados a través de experiencias que anteriormente podrían habernos arrojado en el temor y la confusión. Mientras vemos a Jesús solamente y entramos en la experiencia de unión con Él vamos a ser establecidos sobre la roca de Su plena redención y vamos a caminar en confianza con Él a través de todo lo que enfrentemos en la vida.
Él nos dirá en confianza, sabiendo que responderemos:
“Ven, Oh Amado mío, salgamos al campo, Moremos en las aldeas, levantémonos de mañana a las viñas; veamos si brotan las vides, si están en cierne, si han florecido los granados, allí te daré mis amores.” Cantar de Los Cantares 7: 11-12