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por Wade E Taylor 

“De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” Efesios 4:16

Nuestra vida spiritual es mucho más que la acumulación de información que podamos reunir como entendimiento, doctrina, y la palabra escrita. En lugar de esto, la medida de nuestra espiritualidad es el resultado de la acumulación de decisiones que hacemos durante el curso de nuestra vida. Cuando estemos delante del Señor ante el Tribunal del Juicio, el nivel espiritual de vida que hayamos obtenido (30, 60 o 100 por uno), será comparado (medido) contra la Vida vencedora de Cristo.

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón  perfecto (espiritualmente maduro), a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” Efesios 4:13

La vida nunca es fácil, es una lucha en la que continuamente debemos escoger lo que haremos o el camino por donde iremos. Debido a los muchos deseos que tenemos junto con las responsabilidades que pesan sobre nosotros, a veces nos puede ser difícil tomar la decisión correcta.

“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como Yo he vencido y me sentado con mi padre en Su Trono.” Apocalipsis 3:21

En la medida en que escojamos correctamente, nos convertiremos en los “vencedores” a quienes el Señor levantará para estar sentados con Él en Su trono en el tiempo indicado.

“Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cercad de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas…..” Lucas 5: 1-3

Siempre hay dos “barcas:” Sus caminos y nuestros caminos. Debemos elegir a cual barca vamos a entrar. Es de desear que escojamos la “barca” (nuestras circunstancias) que Jesús escogió y que se relaciona con hacer Su voluntad.

Todos nosotros somos pescadores; pescamos aquello que traerá satisfacción a nuestra vida. En el tiempo de Jesús había unos pescadores que estaban lavando sus redes. La “red” es el método que usamos para obtener lo que queremos. O bien sucumbimos satisfaciendo los deseos de la carne, o escogemos levantarnos por encima de esos deseos para alimentar nuestro espíritu.

La acumulación de esas decisiones que tomamos es “todo” lo que llevaremos con nosotros (aquello en lo que nos hemos convertido espiritualmente), cuando dejemos esta vida. Si nuestras decisiones por el Señor sobrepasan nuestras decisiones egoístas y autocomplacientes, entonces se convertirán en el nivel de crecimiento espiritual que obtengamos y establecerán el lugar de nuestra relación con el Señor por la eternidad.

Convertirnos en vencedores significa que habrá una separación entre lo que pertenece a nuestra satisfacción egocéntrica y aquello que es acorde con la voluntad y propósito del Señor para nosotros.

En el discurrir de nuestra vida, entre más decisiones tomemos en favor de lo que es edificante espiritualmente, más fácil será que continuemos tomando esas decisiones y que nos separemos más de todas aquellas cosas que nos halan hacia abajo. Al comienzo puede ser difícil pero se hará más fácil si continuamos escogiendo correctamente.

Nuestra vida es comparable en muchas maneras con el caminar en una larga espiral circular. Mientras nos movemos alrededor del círculo y continuamos escogiendo lo que es espiritualmente edificante, cuando regresemos a ver  nuestro punto de partida estaremos en  una distancia más alta de donde habíamos comenzado. Si escogemos la auto complacencia estaremos a una distancia más baja de donde comenzamos.

La vida puede parecer repetitiva (como casi todo), pero la acumulación de esas decisiones diarias  aparentemente mundanas que tomamos, afectará enormemente nuestra posición eterna delante del Señor.

Nuestra capacidad para funcionar en el Reinado del Milenio y también en el cielo por la eternidad, es desarrollada en nuestro interior durante nuestro tiempo aquí en la tierra.

Luego, estamos haciendo mucho más que ir en círculos. Si tomamos decisiones positivas hacia el Señor, nuestro deseo de conocerlo personalmente aumentará sustancialmente y nuestro espíritu se hará más sensible a Su presencia. Pero si nos entregamos a los deseos carnales seremos endurecidos e indiferentes hacia el Señor y a Su presencia.

Quizá podemos estar luchando y a veces, aparentemente, perdiendo más batallas de las que ganamos. Pero en la medida que dediquemos tiempo de calidad en la presencia de nuestro Señor pidiéndole porque nos de fortaleza para tomar las decisiones correctas, seremos capacitados para hacerlo y comenzaremos a ascender espiritualmente.

Hay algunos que tienen una cualidad espiritual que es perceptible para otros ya que su vida irradia paz interior. Esto es debido a que ellos se han levantado por encima de las presiones y tentaciones terrenales y están tomando las decisiones correctas.

Jesús dijo que el Reino está en nosotros. El primer aspecto del Reino es “Justicia.” De este modo, las decisiones justas que hagamos nos ascenderán hacia Su Reino. Cuando escogemos al Señor y nos ponemos bajo Su señorío, nos ponemos sobre una plataforma llamada “Justicia.”

Luego, en la medida en que  continuemos adoptando decisiones justas experimentaremos Su permanente presencia y tendremos sensibilidad a todo lo que es espiritual. Debido a que estamos adoptando las decisiones correctas, el favor o la aprobación de Dios, estará sobre nosotros. El patrón para que adoptemos decisiones justas está hermosamente dispuesto en el Sermón del Monte, en los capítulos 5,6, y 7 del evangelio de Mateo.

El “Sermón del Monte” hace referencia al motivo detrás del acto. Este es un código superior de vida espiritual que no tiene que ver tanto con que estemos correctos o equivocados, sino más bien, con ser participantes del espíritu y la vida. Hay algunos que pagarán el precio para vivir en este plano superior de espiritualidad.

Que cada uno de nosotros hagamos un compromiso con el Señor de entregarle todo lo que somos y todo lo que hagamos. Esto nos pondrá en un terreno de plena sumisión a su Señorío. El Señor será glorificado y agradado y su aprobación reposará sobre nosotros, entonces estaremos listos en ese día, para escuchar a Jesús diciéndonos:

“Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” Mateo 25:23

Que hoy tomemos la decisión de poner primero a Jesús en todas nuestras actividades diarias.

Entonces Jesús tomará la decisión de sentarnos con Él en Su trono en “ese día.